Ir al contenido principal

Entradas

"El Último Destello de Felicitit" Parte 1

Parte 1: La Flor Marchita En el corazón de un bosque encantado, donde los árboles susurran secretos y los ríos cantan canciones olvidadas, vivía Felicitit, un hada morada tan única como las estrellas que decoraban el cielo nocturno. Las demás hadas la miraban con curiosidad, pues Felicitit tenía una inquietud que las otras no compartían. A menudo se deslizaba entre los árboles y se detenía al borde del bosque, donde el mundo mágico se encontraba con el mundo humano. Felicitit observaba a los humanos con una fascinación que iba más allá de la simple curiosidad. Los veía reír, llorar, y amar, y se preguntaba por qué las hadas no podían experimentar esas emociones. “¿Por qué no podemos enamorarnos?”, se preguntaba mientras contemplaba a una joven pareja que se tomaba de la mano al otro lado de la frontera invisible. Los humanos no podían ver a las hadas; su fe en la magia se había desvanecido hacía siglos, reemplazada por preocupaciones mundanas. Pero Felicitit no se daba por vencida. Est...
Entradas recientes

Recibir es un acto de confianza

Libero mi mente de toda atadura. Dejo ir toda la culpa, Y le abro la puerta al merecimiento, a la alegría, al cariño, al amor, a que alguien piense en mí, a ser suficiente para tener, para recibir y para ser recordada. Mis manos no están vacías, están llenas de posibilidades, de deseos, de atracción. 

El nunca existió

Me gusta pensar que él nunca existió. Fue un invento de mi mente, una pesadilla de medianoche. Me gusta imaginar que él nunca me tocó, que nunca estuvo arriba de mí mientras que yo rezaba para que terminara. Me gusta pensar que él nunca existió, y que puedo dejar que me toquen la espalda, que los besos no me saben a sangre, Ni que el sexo me parezca doloroso. 23-enero del 2024 Ilustración:  Kazuo Kamimura

Gina

No me gusta cuando Gina no me contesta el celular. Me preocupa.                      La casa de Gina huele a hospital,                       Huele a medicamentos y a sondas.                      Me recuerda a mi infancia. Siempre pienso en que le sucedería a mi vida sin mi amiga. Son llamadas de noticias que no quiero recibir. Tengo sus instrucciones detalladas de que hacer cuando no este. A quien decirle que y que hacer con sus pertenencias. ¿Pero qué haría yo sin ella? ¿A quién saludaría a diario para contarle las cosas más insignificantes de mi vida? La ansiedad gobierna mi cuerpo. No me gusta cuando Gina no me contesta el celular. Ilustración: Sam Rowe

8M

Somos demasiadas flores, no nos podrán marchitar. Foto: Santiago Arau

Vida de Película

Siempre pensé que vivía en una película, Tenía que serlo, porque no había niñas de mi edad viviendo lo que yo vivía, Por lo menos no que yo las conociera. Ellas hablaban de comprar plumones Y yo de mi siguiente cirugía. Ellas hablaban del niño que les gustaba Y yo no quería que los niños me tocaran. Tenía que estar viviendo en una película, Claramente sería la protagonista Y había cámaras escondidas para que mi Actuación fuera más natural. Tenía que estar viviendo dentro de una película, Donde el plot twist es cuando todo se arregla con magia y yo puedo ser feliz. Pero eso nunca paso. O tal vez si estaba en una película,  pero no era de Walt Disney,  sino de Stephen king Y al final me volví loca. En mi propia historia, en el mundo cotidiano En el caos de mi película sin secuela.

Inmortal

Yo creo que soy inmortal porque no me morí cuando me operaron mal Yo creo que soy inmortal porque no me morí el día que me violaron Yo creo que soy inmortal Porque no me morí aunque deseaba morir Yo creo que soy inmortal porque no me morí aunque lo intente Yo creo que soy inmortal Y que es mi destino seguir viva, Seguir aquí. Para toda la vida. Ilustración:  Rafael Mayani