Me gusta pensar
que él nunca existió.
Fue un invento de mi mente,
una pesadilla de medianoche.
Me gusta imaginar
que él nunca me tocó,
que nunca estuvo arriba de mí
mientras que yo rezaba para que terminara.
que él nunca existió.
Fue un invento de mi mente,
una pesadilla de medianoche.
Me gusta imaginar
que él nunca me tocó,
que nunca estuvo arriba de mí
mientras que yo rezaba para que terminara.
Me gusta pensar
que él nunca existió,
y que puedo dejar que me toquen la espalda,
que los besos no me saben a sangre,
Ni que el sexo me parezca doloroso.
que él nunca existió,
y que puedo dejar que me toquen la espalda,
que los besos no me saben a sangre,
Ni que el sexo me parezca doloroso.
23-enero del 2024


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